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Dificultad respiratoria

La dificultad respiratoria es un signo clínico de muchas enfermedades pediátricas. Las más frecuentes en los niños y niñas pequeños son las bronquiolitis o bronquitis, producidas por infecciones víricas. Estas últimas serían “equiparables” a las crisis asmáticas en niños mayores, de causa principalmente alérgica. Otras habituales son las neumonías o las laringitis, aunque hay más. Los cuadros catarrales también pueden producir dificultad respiratoria si la mucosidad nasal obstruye el paso del aire.

La diferencia entre bronquiolitis y bronquitis, duda muy habitual, radica en la zona de los pulmones inflamadas por los virus (bronquiolos vs bronquiolitis), la edad de presentación y la respuesta al tratamiento broncodilatador. Por definición, bronquiolitis (inflamación de los bronquiolos) es el primer episodio agudo de sibilancias (“pitos”), en el contexto de una enfermedad respiratoria viral que afecta a lactantes <24 meses. A partir de este primer episodio los posteriores procesos de inflamación bronquial los pasamos a llamar bronquitis/bronquitis aguda/broncoespasmo (inflamación de los bronquios).  

¿Cómo detectamos que nuestro peque tiene dificultad para respirar?

Algunas infecciones respiratorias víricas producen una respuesta inflamatoria y una hiposecreción de moco en las vías respiratorias bajas. Esta inflamación y moco obstruye el diámetro de los bronquios y bronquiolos, dificultando el paso de aire a través de ellos. Si la obstrucción es importante aparecerá tiraje,  un signo de dificultad respiratoria. Sucede porque el bebé o el niño tiene que hacer un mayor esfuerzo para respirar y requiere utilizar la musculatura accesoria para ello (utilizan músculos que habitualmente no utilizamos para respirar) 

  • Se le hunde la piel que hay entre las costillas (tiraje intercostal)
  • Se le hunde la piel/el hueco que hay por encima del esternón  (tiraje supraesternal)
  • Respira muy rápido (aumento de la frecuencia respiratoria o taquipnea)
  • Se le hunde mucho el abdomen, haciendo un movimiento de bamboleo entre pecho y barriga
  • Presenta quejido al respirar
  • Respiración ruidosa, cansada o entrecortada.
  • Cambios en la coloración de la piel, observándose pálida o azulada (cianosis).
  • Se escuchan “pitos” en su respiración.
  • Aleteo nasal (abre mucho los agujeros de la nariz al coger aire)

¿Qué debemos hacer en casa?

  • Limpiar la mucosidad nasal si hay obstrucción nasal. Principalmente antes de comer y antes de dormir.
  • Mantener al niño sentado o incorporar el cabecero de la cuna o cama
  • Fraccionar las tomas (tomas frecuentes y pequeñas). Ofrecer con más frecuencia aunque sea menos cantidad.
  • Evitar ambientes con humo
  • Comience a darle el tratamiento recomendado por el pediatra (Ventolin®, Terbasmin®) siguiendo sus instrucciones. 
  • Administrar antitérmicos si fiebre/malestar

¿Cuándo debemos consultar?

  • Si respira peor: respira cada vez más deprisa, se le marcan las costillas, mueve mucho el abdomen, se le hunde el pecho o deja de respirar durante segundos. Los signos de dificultad respiratoria explicados anteriormente.
  • Si presenta mal estado general (irritable, adormilado)
  • Si se encuentra muy pálido o azulado (cianótico)
  • Si se fatiga mucho con las comas y casi no come  (es normal que coman menos, pero algo deben comer)
  • Si escuchamos “pitos” al respirar
  • Si se precisan inhalaciones muy frecuentes, cada dos horas o menos.

En ese caso deberemos consultar al centro médico (Centro de salud u hospital) para que valoren la dificultad respiratoria y os indique el tratamiento o el manejo más adecuado para vuestro peque.