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Mi hij@ se sigue haciendo pis en la cama

  • Se define como enuresis nocturna a los escapes de orina involuntarios durante la noche a partir de los 5  años. Sin embargo, es un hito que depende mucho del ritmo madurativo, por lo que es muy habitual que todavía a partir de esta edad muchos niños y niñas tengan escapes. Se estima que cada año, solo el 10% de los niños resuelven el problema de forma espontánea, lo que significa que 9/10 niños que mojan la cama hoy, continuarán haciéndolo al año sucede. Se ha descrito mayor afectación en varones y la herencia juega un papel importante. 
Depende del ritmo madurativo de cada niño, se estima que padece enuresis:
  • 16% a los 5 años
  • 10% a los 6 años
  • 7.5% a los 10 años.
  • 1-3% en adolescencia.
La enuresis se clasifica en monosintomática (el escape de orina es el único síntoma) o no monosintomática (hay otros síntomas del tracto urinario). También en primaria (siempre ha mojado la cama) y secundaria (tras un periodo seco de al menos 6 meses). La más frecuente es la enuresis primaria monosintomática. 
 
Ante la presencia de escapes a partir de los 5-6 años es recomendable informar al pediatra, para realizar una valoración general (y detectar la presencia de estreñimiento, apneas del sueño (ronquido frecuente), obesidad…), detectar el impacto emocional y social y la recomendación de pautas o la valoración de tratamiento. 
 

¿Qué podemos hacer? 

  1. Información, consejos generales y educación:
  • Normalizar, tranquilizar y desmitificar el problema. Es un problema frecuente relacionado con un retraso madurativo, es ajeno a su voluntad y no debe sentirse culpable. 
  • Establecer buenos hábitos miccionales: establecer un horario miccional, orinando unas 6 veces al día de manera regular y sin prisa (en el desayuno, a media mañana, comida, merienda, cena y al acostarse). ¡Acordarse de vaciar la vejiga antes de dormir!
  • Debe beber líquidos a lo largo del día pero resdistribuir su ingesta. Restringir líquidos vespertinos: debe beber más líquidos por la mañana, reduciendo cantidad por la tarde y limitar por la noche. ¡Pero respetar la sensación de sed”
  • Evita cenas abundantes, saladas o con mucho líquido (no más de 200 ml de sopa, agua, leche… durante la cena). Para cenar, un vaso pequeño de agua . 
  • Evitar el consumo de bebidas diuréticas y azucaradas
  • Ante los escapes nocturnos, que el niño adquiera un papel activo (cambio de sábanas…) ya que favorece el aprendizaje. No reñir ni castigar.
  • Evitar el estreñimiento 
  • Una actitud positiva, empática y optimista durante el tratamiento es fundamental para un buen pronóstico. 
  • La restricción de líquidos diariosy despertar al niño por la noche para ir al baño no se recomiendan actualmente como medidas generales antes de iniciar cualquier tratamiento. Tampoco interrumpir el chorro miccional cuando está orinando.
  1. Terapia motivacional: Rellenar un calendario miccional con noches secas/mojadas, para observar sus progresos, y reforzar y felicitar por los éxitos. Incluso puede ser útil el uso de un sistema de resistencias. También registrar de ingesta de líquidos. 
  2. Tratamiento: El momento de iniciar tratamiento debe valorarse individualmente en función del niño y su familia (dependiendo de la frecuencia, severidad, edad, afectación emocional/autoestima y motivación del niño), pues no hay una edad “marcada” para iniciar el tratamiento. Hay que tener en cuenta que los niños con escapes prácticamente diarios y/o por encima de los 9 años no tiende resolverse espontáneamente y el tratamiento debería iniciarse precozmente. Igualmente, ofrecer cuando hay una repercusión negativa en el autoestima.  La elección del tipo de tratamiento también dependerá de cada caso: 
    • Alarma de enuresis: tratamiento de primera línea en la mayoría de casos. Salvo excepciones, es el tratamiento más eficaz y de elección cuando el objetivo es la curación, con menos recaídas. Requiere de motivación e implicación por parte de la familia y el niño (por lo que no se recomienda si hay falta de motivación o falta de colaboración familiar), y de paciencia, pues la respuesta es lenta (se puede tardar en obtener respuesta entre 3-5 meses). Es una terapia conductual cuyo objetivo es que el niño aprenda a identificar la  sensación de vejiga llena mientras duerme. Consiste en la  colocación de un electrodo con sensor de humedad en la ropa interior, que se activa despertando al niño cuando detecta las primeras gotas de orina: que debe detener la micción, desconectar el sensor, ir al baño a orinar, cambiarse si se ha mojado y volver a conectar la alarma antes de acostarse. 
    • Tratamiento farmacológico (Desmopresina): hormona que activa la reabsorción de agua reduciendo la producción de orina. Herramienta útil sobre todo si factores de mal pronóstico para la alarma o resistencia. Útil si el objetivo es lograr sequedad a corto plazo (para ir al campamento, dormir en casa de amigos… ) y tras objetivar mejoría se suele indicar descenso progresivo con seguimiento de pediatra.