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Método Kassing: dar biberones de manera respetuosa

La forma natural y fisiológica de alimentarse de un bebé humano es del pecho de su madre. Esta alimentación tiene unas características especiales: la succión requiere de una musculatura determinada y la leche fluye a una velocidad más o menos lenta.

Sin embargo, los bebes que se alimentan con biberón se ha demostrado que suelen comer más de lo que necesitan por dos motivos:

  1. La leche fluye más rápidamente y no da tiempo a que el bebé identifique si está saciado. El bebé come y come.
  2. Los cuidadores tenemos la tendencia de insistir en que se acabe toda la leche, y en consecuencia hay mayor riesgo de sobrepeso y obesidad a largo plazo.

Lo ideal es que cuando alimentemos al bebé SIEMPRE QUE SE ALIMENTE CON BIBERÓN (en cualquier tipo de lactancia) sea de la forma más parecida al pecho. Es el método Kassing.

Método recomendado SIEMPRE que se administra biberón, independientemente de cual sea el objetivo, pero sobretodo cuando por determinadas circunstancias  (decisión personal, enfermedad de la madre o el bebé, incorporación al trabajo, insuficiente producción de leche…) es necesario suplementar al bebé con leche (de fórmula/materna) y evitar que el bebé se acostumbre al biberón y rechace mamar del pecho materno ya que en este segundo requiere mayor esfuerzo por parte del bebé (por el síndrome confusión del pezón).

La alimentación con biberón es más fácil para el bebé ya que requiere menos esfuerzo (orificio grande, la leche cae por gravedad). Al intentar luego volver a ofrecer el pecho pueden aparecer dificultades para alimentarse ya que se pueden confundir (síndrome confusión tetina-pezón) o simplemente rechazarlo al ser más compleja la succión.

Beneficios

  • Busca reproducir las condiciones de la lactancia materna, a nivel de estimulación, esfuerzo y enganche. Le ayuda a trabajar la musculatura y disminuye el riesgo de alteraciones en el desarrollo de la cavidad bucal (disminuye el riesgo de alteraciones en la forma del paladar en su función linguae y labial). 
  • Permite al bebé mantener un ritmo de succión-deglución-respiración correcto.
  • El bebé regula la cantidad que come ya que con el ritmo de alimentación más lento le permite saber cuando está saciado. Le permite gestionar su hambre-saciedad. 
  • Los adultos sabemos cuando el bebé está saciado, y por tanto evitamos la sobrealimentación (y por tanto el sobrepeso y la obesidad). 
  • Interfiere menos con la lactancia materna ya que minimiza la confusión tetina-pezón.

El biberón

Biberón recto, en lugar de curvo, ya que este tipo de biberones hacen que la leche que está en la parte alta del biberón salga con mayor fuerza.

Debe ofrecerse horizontal, sin inclinarlo. De esta forma el bebé será quién extraiga la leche evitando que caiga por gravedad. La gestionará mejor y evitamos posibles atragantamientos.

La tetina

Se recomienda que el biberón sea con tetina fisiológica (no anatómica).

  • Redonda y estrecha: que se asemeje a la forma del pezón materno y de esta forma la posición de la lengua sea la más parecida a la colocación al pecho. 
  • Larga: para que la tetina pueda tocar el punto en el que se une el paladar duro y el blando, igual que en el caso de la lactancia materna
  • Blanda (de silicona mejor que de látex): para no alterar su paladar
  • De flujo lento: para que la leche tarde más en salir la leche y requiera por parte del bebé un esfuerzo similar a la lactancia materna para obtener la leche del biberón. 

 La técnica

  • Posición del bebé: El bebé tiene que estar lo más vertical posible. Poner al BEBÉ SEMISENTADO sujetándole cabeza y cuello, con el torso vertical, sin tumbarle. Tumbado la leche le cae por gravedad, sola y el bebé no hace ningún esfuerzo en obtener la leche. Además hay más riesgo de atragantamientos y de infecciones de oído.
  • Posición del biberón: Dar el BIBERÓN EN HORIZONTAL, sin inclinarlo, para controlar mejor el flujo de leche. De esta forma se reduce el efecto de la gravedad y  el bebé regula lo que come ya que será quién saque la leche al succionar. La gestionará mejor y evita a atragantamientos.
  • Antes de empezar ESTIMULAR EL REFLEJO DE BÚSQUEDA (tocar con la tetina alrededor de la boca, nariz, las mejillas…) para que el bebé busque, sepa que va a empezar a comer y abra la boca. Es decir, no introducir la tetina directamente en la boca del bebé directamente.
  • Cuando abra la boca INTRODUCIR LA TETINA LO MÁXIMO POSIBLE dentro de la boca del bebé, para que la tenga muy abierta, de forma similar a lo que lo haría si estuviera mamando del pecho.
  • El bebé controla LA VELOCIDAD Y LA CANTIDAD DE LECHE QUE DESEA TOMAR.
  • Hacer pausas cada 20-30  succiones retirando el biberón para descansar y darle tiempo al bebé a sentir si sigue teniendo hambre o ya está saciado. 
  • CONTROLAR LAS SEÑALES DE SACIEDAD que nos indican si el bebé está o no satisfecho. Si el bebé se queda tranquilo no debemos ofrecer más. No insistir si no abre la boca. Si sigue buscando volveremos empezar el ciclo.
  • Alternar el lado en cada toma igual que sucede con la lactancia materna. De esta forma simulamos que está tomando de los dos pechos. 

¿Sabes que hay otras alternativas para dar leche desde el nacimiento? 

  • Vasitos con boquilla abierta
  • Relactador
  • Dedo-jeringa

En caso de ofrecer biberón idealmente retirarlo al año. 

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