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¡Mi peque ha empezado a tartamudear!

¿Qué es la tartamudez?

La tartamudez es un trastorno de la fluidez del habla, caracterizándose por episodios frecuentes e involuntarios de:

  • Repetición de sonidos y sílabas
  • Prolongación de sonidos,
  • Bloqueos o pausas tensas,
  • Palabras fragmentadas

Paralelamente, puede aparecer esfuerzo al hablar, bloqueos, tensión facial (labios, mandíbula y/O CUELLO) o en el resto del cuerpo. Cuando el niño ya lleva tiempo con dificultades de fluidez puede interferir seriamente en la comunicación y desarrollo social y escolar, por miedo a hablar y tender a evitar la comunicación.

Cuando un niño empieza a tartamudear debemos diferenciar entre dos entidades:

  • Tartamudez persistente del desarrollo: condición a lo largo de la vida de la persona
  • Disfluencia evolutiva (mal llamada tartamudez evolutiva): de la que trataremos en esta publicación con más detalle. 

¿Por qué se produce?

No se conoce la causa de la tartamudez, pero parece que se debe a una combinación de factores constitucionales y ambientales: predisposición genética (existe un componente genético en la tartamudez, que influye en que una persona pueda tener una mayor predisposición a tartamudear), y factores neurológicos, psicológicos, sociales, etc. El estrés emocional o nerviosismo (y con ello la percepción que el niño tenga sobre su forma de expresarse) también puede afectar negativamente el habla del niño. 

¡Mi hijo de 3 años ha empezado a tartamudear!

Los problemas de la fluidez y de la organización del habla (o disfemia) suele ser una etapa transitoria en el desarrollo del lenguaje que puede aparecer entre los 2.5 y 5 años de edad, etapa de explosión del lenguaje. Se trata, en la mayoría de ocasiones de una  disfluencia (o “mal llamada” tartamudez evolutiva).  

Un gran porcentaje de niños entre 2 y 5 años atraviesan un período de disfluencias cuando aprenden a hablar, e incluso entre aquéllos cuyas disfluencias son anormales (repeticiones o bloqueos que van acompañadas de esfuerzo o incomodidad), existiendo una posibilidad de remisión cercana al 80%.

Ocurre porque el procesamiento del pensamiento es más rápido que la programación motora y producción del habla (el cerebro va más rápido que la emisión del sonido). ¿Sabes que entre que el cerebro emite la señal y llega a los músculos de la voz tarda 450 mesa?!

Cumple estas características:

  • Comienza en la niñez en la mayor parte de los casos (el 75% entre los 2 y 5 años). 
  • Es más común en niños que en niñas (4 a 1).
  • Hasta 80% se recuperan antes de los 12 meses del inicio del cuadro.
  • Repetición de sonidos y sílabas (sílabas iniciales o monosílabos), se queda bloqueado sin terminar de emitir el sonido o lo alarga, sustitución de palabras y en ocasiones con exceso de tensión en la musculatura de alrededor de la boca.

    pero pero”; “yo yo”; “cua-cuando”; “que que es”; “el de los el de los”

  • Fluctúa, no se produce continuamente
  • No afecta negativamente: no hay evitación ni frustración 

El comienzo de las disfluencias coincide con el período de gran desarrollo del lenguaje y el habla en el niño, en el momento de transición de frases formadas por una o dos palabras al empleo de oraciones complejas.

Esta disfuencia suele ser transitoria, pasajera, desapareciendo con el tiempo sin dejar secuelas. Sin embargo, en determinados casos puede mantenerse hasta la edad escolar o edad adulta, por lo que hay que vigilar, evaluar y a veces tratar. 

¿Qué podéis hacer en casa?

  • Habla tranquilamente, respetando sus tiempos. Permite que termine de hablar, que pueda expresar cómodamente su mensaje, sin prisa. 
  • Mantén contacto visual durante la conversación.
  • Hablarle con frases cortas y con un lenguaje fácil, adecuado para su edad, y lento.
  • Hazle pocas preguntas, sencillas, y de una en una.
  • Limita las pantallas.
  • Leer juntos. 
  • Utilizar simultáneamente la comunicación no verbal: acariciarlo, mirarlo, tocarlo, aceptarle juegos no verbales.
  • Intenta transmitir al niño que -lo importante es lo que dice y no cómo lo dice-.
  • Permite que termine de expresarse, respetando sus tiempos y sin presión
  • Evita:
    • Mostrar preocupación o signos de desaprobación
    • Completarle oraciones
    • Corregirle con frecuencia
    • Imitarle
    • Reirte
    • Impacientarte (o meterle prisa) para que termine de expresar sus ideas y oraciones
    • Hacerle muchas preguntas seguidas
    • Hablarle al niño con un ritmo acelerado, e incluso pedirle que hable con rapidez y precisión
    • Interrumpirle mientras habla
    • Evita: “para, vuelve a empezar”, “no te apures”, “habla despacio”, “no te pongas nervioso” pues aumentan la tensión. 

 

Deberás consultar si… 

Sin embargo, si teneis dudas, persiste en el tiempo o es continuo podeis consultar con un logopeda que valore a tu peque y os oriente. 
  • Persiste la disfluencia más de 6 meses
  • Inicio más allá de los 5 años
  • Hay antecedentes familiares de disfemia o tartamudez
  • Se observa mucho esfuerzo o tensión corporal (orofacial o de cuello) a la hora de hablar
  • Repetición de partes de palabra, palabras y/o frases, en número y frecuencia aumentada.
  • Pausas, interjecciones y/o muletillas en un número mayor al habitual.
  • Afecta negativamente: Incomodidad, miedo, temporal al bloqueo, timidez exacerbada
 
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