En este momento estás viendo Rabietas

Rabietas

¿Qué son?

Las rabietas forman parte de la conducta normal del niño pequeño, especialmente entre los 18 meses y 4 años (con el pico entre los 2-3 años).  Indican un desarrollo evolutivo totalmente sano. 

Podemos diferenciar el cerebro dividido en dos partes: el racional y el emocional. En los peques, por inmadurez, domina el cerebro emocional. Esto provoca que en estas edades, en las que el peque quiere mayor autonomía y conseguir sus objetivos, ante una frustración, desilusión, malestar, enfado… por no conseguir sus deseos, el peque tenga una actitud dominada por las emociones y no por la razón: una rabieta. En esta descarga emocional el peque llorará, gritará, pataleará, golpeará lo que tiene alrededor o a sí mismo. En este momento no escucha, no entiende, no es capaz de razonar ni de comprender. Sucede porque no tiene estrategias para gestionar y regular sus emociones, pues su cerebro todavía no es capaz de hacerlo, y necesita nuestra ayuda.

Las rabietas son una expresión de la frustración que están experimentando 

No deja de ser un conflicto entre los deseos del niño y las limitaciones impuestos de su entorno (o las limitaciones establecidas por el adulto). 
Se encuentra también influenciada por otros aspectos característicos de esta etapa:

  • Sobre estimulación
  • Recibir muchas negativas por parte del adulto
  • Empeora ante sueño, cansancio, hambre o enfermedad. 
  • Le frustra no alcanzar lo que se proponen. Lo que quería.
  • Acúmulo a lo largo del día de situaciones que no han sabido manejar, y ante cualquier estímulo mínimo surge la rabieta. 
  • Existe una limitación en el lenguaje, con dificultad del peque para expresarse y comprender. No pueden verbalizar lo que necesitan. 
  • La etapa de egocentrismo de del “yo”.
  • Ausencia de límites claros. Confusión si se le impide hacer algo que antes hacía. Está desorientado.
  • Necesidad de afecto. No saben pedir de otra manera las necesidades afectivas y fisiológicas.
  • Les es difícil comprender que no pueden tener siempre lo que quieren. No toleran la frustración. 
  • Cerebro no capaz de controlar sus emociones. Esta conducta desproporcionada no está planificada. No lo sabe hacer mejor. 
  • Puede estar imitándote: si te observa gestionar tus frustraciones con pérdidas de control, puede estar imitando vuestro comportamiento

Suelen desaparecer con el desarrollo. Es una etapa pasajera. A medida que se van haciendo mayores (y madura su cerebro racional) van aprendiendo a canalizar la frustración de una forma más adaptada, a gestionar conflictos y a desarrollar una “tolerancia para la frustración”.

¿Qué no es? 

  • No tiene malas intenciones.
  • No quiere dar la nota en el súper ni estropearte la tarde
  • No te está manipulando.
  • No te está poniendo a prueba. 
  • No te chantajea. 
  • No te toma el pelo.
  • No es nada personal.
  • No es un tirano. 

No está planificado. El peque está sufriendo, no puede gestionar sus emociones y necesita tu ayuda. 

¿Qué hacer?

Cuando el niño tiene una rabieta quiere transmitirnos algo, debemos plantearnos y , reflexionar sobre cómo podemos ayudar al niño. Tenemos que verlo como una oportunidad de crecimiento.

Cuando estamos tristes, frustrados o enfadados todos queremos tener a nuestro lado personas que nos validen y nos respeten. También nuestros peques. NUESTRO PAPEL EN UNA RABIETA ES ACOMPAÑARLE.

  • Aprovecha la rabieta para enseñarle a gestionar esa emoción y buscar alternativas.
  • No podremos cambiar sus rabietas, pero si cambiar nuestra actitud cuando se produzcan.

Cada conflicto es una oportunidad de aprender. 

Evitar la rabieta:

  • Anticípate. Observa y analizar posibles desencadenantes y evitarlos. Prepárate y estate atento si siempre sucede en ese momento.
    • Asociado a hambre: lleva algo de comida en el bolso siempre (una fruta, unas galletitas, unas tortillas)
    • Asociado a sueño: lleva una mochila porteo, un carrito… 
    • Evita aglomeraciones y situaciones de sobre-estimulación
    • Si sucede con comida “insana”: evita tener en casa chucherías, pasar por tiendas con este tipo de alimentos… 
  • Avísale con tiempo de lo que va a ocurrir. Anticípale de aquello que va a suceder para prepararle al momento. 
  • Respeta y potencia su autonomía. Apoya, anima, acompaña pero que sea el peque quién te pida ayuda. No actúes sin que te lo pida.
  • Ofrece opciones limitadas. Dar dos opciones limitadas para que el peque tenga que elegir únicamente entre esas dos, que son válidas. 
  • Descarga adrenalina en familia: correr, saltar, cosquillas, jugar… 
  • Debes dar ejemplo en la gestión de emociones. Eres su espejo. 
  • Establecer límites claros, sencillos y adaptados a la edad, pero constantes en el día a día. Sé firme en los límites desde el amor. Ni demasiado autoritarios ni demasiado permisivos. Modera el uso del NO (después de un “no” vienen dos “siestas”). “No puedes pintar en la pared, pero podemos ir a pintar en el folio o ir al patio”)
  • Elige el momento. Ten en cuenta periodos sensibles
  • Busca tiempo de calidad. Sin tareas del hogar, sin trabajo, sin pantallas. Tiempo por y para ellos. 
  • Elige las batallas. No las pelees todas. Cede en aquellas que puedes ceder.
    • Quiere ponerse las botas de lluvia en pleno verano vs no quiere el cinturón

Cuando empieza la rabieta…: SOSTENER

  • Transmite tranquilidad. Con actitud cariñosa y un tono de voz tranquilo y sereno debes mantener la calma. Cuidado con la ocomunicación no verbal (gestos, tono de voz). Intenta actuar con normalidad, con mismo tono de voz que utilizas habitualmente.  
  • Ponte en su lugar. Muestra empatía: “Comprendo que quieras…”
  • Agáchate, colócate a su altura y establece contacto visual 
  • Trata de conectar con tu peque, a través del cuerpo sin ni siquiera utilizar las palabras. Contención. 
  • Explicaciones cortas. Utiliza palabras y frases sencillas. 
  • Redirige: busca alternativas, negocia, utiliza maniobras de distracción…  Las maniobras de distracción puede evitar y disminuir la intensidad de la rabieta. cambia de escenario, sal a pasear. 
  • Mantenerse firmes pero ayudarle a comprender el por qué de nuestra negativa. Para que sepa que su rabieta no le llevará a conseguir lo que quiere. 

Durante la el momento álgido de la rabieta:  CUIDAR

  • Mantener la calma. No pierdas el control. Modula TU rabieta u no respondas con enfado. 
  • Agáchate, colócate a su altura y establece contacto visual (mírale a los ojos). 
  • Escuchar
  • Dale tiempo:
    • Silencio. Explicaciones, las justas. Mejor silencio o frases sencillas/simples con un tono de voz tranquilo, suave y sereno. No intentes hacerle entrar en razón.  La lógica no suele surgir efecto, pues viven en un auténtico “secuestro emocional”. Trata de conectar con tu peque, a través del cuerpo sin ni siquiera utilizar las palabras. 
  • Acompañar. Mantente cerca donde pueda verte, pero respeta su espacio, no lo agobies, deja que se desahogue y exprese su enfado. “Te espero aquí. Cuando estés listo hablamos”. “Estoy aquí” “¿Necesitas mi ayuda? ” 
  • Protegerles para que no se hagan daño (ni a nosotros). Ser firmes y ni permitir que peguen, con claridad y dulzura. 
  • Estate disponible cuando se calme. Cuando creas que es el momento, ofrece tu ayuda y  contacto (contención, abrazo, caricias) pero no lo fuerces.. Si quiere, dáselo. Si no quiere (no significa que no lo necesite) respétalo: aléjate pero quédate cerca,  a su lado y acompáñale. Cuando se le pase acudirá a tí, ofrece contacto. 
  • Ser coherentes y firmes, desde el amor, en la negativa que ha propiciado la rabieta. No ceder.  Si has decidido que sea “NO”, es NO. En caso contrario aprenderá que con la rabieta consigue sus objetivos. Mantenerse firmes pero ayudarle a comprender el por qué de nuestra negativa. El objtetivo es guiar, no reprimir.

Cuando baja la intensidad:  VALIDAR

  • Una vez recuperado el control y está receptivo.
  • Empatiza y valida sus emociones. Debe sentirse comprendido. Explicar, hablar sobre lo que ha ocurrido y dar sentido a lo ocurrido. Sin juzgar ni reprochar. 
  • Verbaliza sus emociones. Reconoce la emoción y ponle nombre a sus sentimientos. “Es normal que estés triste, yo también me siento así cuando…” “Entiendo que estés enfadado” “Comprendo que te sientas así” “Parece que estás enfadado” “¿Qué ha pasado?”
  • Redirigir
  • Hablar. Dar opciones y/o buscar soluciones

Al finalizar la rabieta: SOLTAR

  • Comenta lo que ha pasado, cómo nos hemos sentido y qué podemos hacer en un futuro. 
  • Ofrece una solución alternativa para canalizar la rabia (alternativa de descarga): leer un cuento, aire libre, cojín pintar… 
  • Acordad juntos un plan si sucede siempre ante determinada circunstancia. 
  • Trátale con cariño, sin enfado ni rencores. 
  • Intenta razonar y explicarle con un lenguaje sencillo y claro, adaptado a la edad, para superar la emoción.
  • Contacto. 
  • Ofrecer una rueda de opciones.
  • Acompáñale. Demuéstrale que nada ha cambiado. Que nuestro amor es incondicional.

En todo momento: AMOR INCONDICIONAL. Hacia el peque. Hacia tí. Lo has hecho lo mejor que has podido. Está bien. 

Poco apoco les daremos herramientas útiles para gestionar sus emociones

¿Qué no hacer?

  • No te contagies. No pierdas el control. Siempre con cariño, empatía  comprensión
  • No gritar, amenazar, regañar, castigar. No mostrar enfado. Nos impide acompañarles y no les servimos de buen ejemplo. No sirven y de hecho empeoran la situación. 
  • No le ignores
  • No le dejes solo. Te necesita. Te necesita para encontrar la calma y aprender como gestionar su emoción. 
  • No des sermones. No des largas explicaciones durante la explosión de la rabieta. No es momento de razonar ni explicar. 
  • No le avergüences ni le desprecies.
  • No invadas su espacio ni le atosigues (no le agobies): forzar contacto, insistir, sujetar
  • No le ingnogres ni muestres indiferencia. No intentes hacer como si nada.
  • No compares con otros niños. 
  • No cedas su deseo/capricho para evitar que siga llorando: que no sirva como medio para obtener lo que quiere. La rabieta no debería modificar nuestras decisiones. 
  • No validar sus emociones ni que quites importancia a sus sentimientos. No le digas “no pasa nada” No debe ocultar sus emociones. Evita frases como “los niños mayores no lloran” “No grites” “No llores” “No llores, eso no es nada”
  • Tomarlo como algo personal. No es nada contra tí. 

 

Cuentos sobre rabietas

2 años:

  • Tengo un volcán. 
  • La cola de dragón.
  • A veces estoy enfadado.

3 años

  • Las rabietas de Simón.
  • Porque sí
  • ¿Qué necesito cuándo estoy enfadado? 
  • Cuando estoy enfadado. 
  • ¡Soy un dragón! 
  • Los tentáculos de Blef: Rrabia
  • El libro enfadado. 
  • Vaya rabieta. 
  • La rabieta de Julieta. 
  • !Tengo una rabieta! 
  • La rabietas de Nono. 
  • ¡Qué rabia de juego!.
  • Rabietas. Susana Gómez y Anna Aparicio 

4 años

  • Qué puedo hacer cuando estallo por cualquier cosa
  • Hoy estoy enfadado
  • Todo lo que sé cuando me enfado
  • Adiós, enfado ¡Hola, calma!

Otros artículos

  • Las rabietas… ¿Qué hacemos?. Pediatra Gabi Ruiz
  • https://www.conmishijos.com/educacion/comportamiento/rabietas-infantiles/
  • https://tuteticontigo.com/rabietas-en-ninos-como-actuar/
  • https://educandoenconexion.es/consejos-rabietas-ninos/