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Reflujo del lactante

Es el retorno sin esfuerzo del contenido del estómago al esófago, provocando en muchas ocasiones la salida de pequeña cantidad de leche por la boca sin esfuerzo: regurgitaciones (“bocanadas”). En otras no son tan evidentes (reflujo silente). Sucede varias veces al día, especialmente tras las tomas, aunque puede ser de manera esporádica. Por lo demás, la ganancia de peso, talla y desarrollo del bebé es adecuado. Son bebés que incluso cuando regurgitan están sonrientes, sin llanto, gestos de dolor ni de incomodidad: “regurgitadores felices”.

A diferencia de los vómitos, estos van con fuerza, precedido por nauseas, asociándose malestar y llanto.

¿Por qué sucede?

El reflujo del lactante es FISIOLÓGICO, es decir, normal para su edad. Varios factores hacen que estos episodios sean más frecuentes los primeros 6 meses:

  • Menor tono muscular e inmadurez del esfínter esofágico inferior: el músculo que separa el esófago del estómago en condiciones normales evita que el contenido del estómago vuelva a subir de nuevo hacia el esófago y la boca (“cierra el estómago”). En bebés es débil, incompetente, sin suficiente fuerza para evitar el ascenso del contenido del estómago
  • Alimentación líquida durante los primeros 6 meses, que fluye fácilmente.
  • Los bebés pasan mucho tiempo en posición horizontal.

 El reflujo es muy frecuente, entrando dentro de los eventos normales en lactantes sanos, por lo que no debe considerarse una enfermedad. Es madurativo, y mejorará con el paso de los meses a medida que adquiera mayor tono muscular. Su máxima expresión se sitúa entre 1-4 meses (pico máximo del 75% a los 4 meses) y mejora progresivamente, siendo más evidente la mejoría a los 6 meses con el inicio de la alimentación complementaria, con disminución de los episodios. A los 12 meses persiste en un 5-10%, aunque es normal que en algunos bebés puede dure hasta más adelante (entre los 12-18 meses)

¿Cómo se diagnostica?

Normalmente no es necesario realizar ninguna prueba complementaria, basta con una adecuada historia clínica y la exploración del bebé.

Si el bebé va creciendo adecuadamente y no les produce molestias no hay que preocuparse.

Tratamiento

La mayoría de ocasiones no requiere de tratamiento: no se trata de una enfermedad y la resolución espontánea sucede en un 90% a los 12 meses. No se requieren intervenciones farmacológicas.

Podemos disminuir los episodios con

  • Medidas posturales:
    • Alimentación en posición semi-sentado
    • No acostarlo inmediatamente después de comer
    • Mantener al bebé incorporado y sin mucho movimiento 20-30 min después de comer, antes de dejar en cuna
    • Portear con frecuencia
    • Elevar cabecero de la cuna y carro ligeramente inclinado, unos 30º
  • Medidas dietéticas
    • Fraccionar tomas: alimentarlo con frecuencia y en pequeñas cantidades
    • No se recomienda ningún cambio en la alimentación del bebé salvo indicación del pediatra. En ocasiones se prueba a espesar las fórmulas (fórmulas antirregurgitación/AR) que disminuyen las regurgitaciones visibles. Con baja evidencia.
  • Paciencia y calma.

Síntomas de alarma

Hay algunos síntomas que debéis vigilar (y por tanto, consultar con tu pediatra), ya que en estos casos habría que descartar otro problema y el manejo sería diferente. Principalmente: 

  • Enfermedad por reflujo (ERGE): cuando los episodios de reflujo superan la frecuencia e intensidad normal, el contenido del estómago (entre ellos, ácidos estomacales) pueden llegar lesionar la mucosa del esófago y producir estos síntomas.
  • Alergia a la proteína de leche de vaca (APLV)

En estos casos sí podemos indicar tratamiento: 

  • Modificación en la fórmula infantil:
    • Fórmula hidroliazada: si sospecha de APLV, ya que en algunos casos pueden solaparse los síntomas. Si mejoran los síntomas, se excluirá de la alimentación la PLV durante un tiempo variable
  • Tratamiento farmacológico: no disminuyen el nº de regurgitaciones pero si el disconfort, irritabilidad
    • Bloqueadores de receptores de H2 de la histamina: ranitidina
    • Inhibidores de las bombas de protones: omeprazol, lansoprazol…
  • Tratamiento quirúrgico: en ERGE sin respuesta a tratamiento médico o complicaciones graves

Consultar al pediatra si:

  • No hay un adecuado aumento de peso, o incluso lo pierde.
  • Llanto o irritabilidad durante la mayor parte del día
  • Diarrea o estreñimiento fuera de lao normal
  • Durante las tomas llora: las rechaza, sensación de dolor, se echa hacia atrás o se arquea
  • Cuando vomita o regurgita tiene gesto de dolor o llora
  • Síntomas respiratorios recurrentes

Consultar de urgencia si:

  • Si vomita de manera frecuente, abundante, vómitos violentos, que empeoran y cada vez va a más
  • Si lesiones en la piel, eczemas, ronchas tras las tomas
  • Si fiebre, poca actividad, decaído, regular estado general
  • Si vómitos biliosos (verdes)